ELIGE UNA CAUSA
Elegir la causa correcta puede parecer una decisión sencilla, pero no siempre lo es. Acertar con esta elección quizá marque la diferencia entre un proyecto exitoso y uno fallido. Y no estoy hablando del dinero recaudado.
Si eliges bien la entidad receptora de tu esfuerzo, contarás con su apoyo y colaboración y te sentirás más cómodo y motivado para seguir empujando el reto.
En cambio, es posible que si haces una mala elección te sientas solo o incluso rechazado, de forma que tu moral y el éxito del proyecto podrían verse afectados.
Tómate tu tiempo para elegir y no te precipites. Hazme caso: es una decisión muy muy importante.
Mucha gente que decide comenzar un reto benéfico lo hace porque una persona cercana tiene algún problema determinado. Cuando algo sucede en nuestro entorno y nos toca de cerca nos volvemos más sensibles con esa causa y la elección se vuelve más fácil y clara.
En otras ocasiones, es la expresión de un sentimiento de solidaridad lo que nos lleva a querer colaborar con los que necesitan apoyo. Dicho de otra manera, queremos aplicar el famoso dicho de “haz el bien sin mirar a quien”.
Pero incluso si tienes clara la causa, se plantean distintas alternativas. Aunque ya sepas qué problema quieres abordar… ¿a qué entidad concreta elegirás como beneficiaria?
Por ejemplo: tu causa es el cáncer, pero…
- ¿Lo donas a una pequeña asociación o a la Asociación Nacional contra el cáncer?
- ¿Lo donas a un hospital para ayudar a la investigación o se lo das a esa familia que tiene que ir a Estados Unidos a operar a su hijo?
- ¿Colaboras con una asociación de tu ciudad o con otra más competente de otro lugar?
¡Dudas, dudas y más dudas!
A continuación te resumo varios factores que debes de tener en cuenta y que te ayudarán a la hora de tomar esta importante decisión.
8 Criterios a tener en cuenta a la hora de elegir una causa solidaria.
1. Según tu cercanía emocional.
Tu propia motivación, apego y adhesión a la causa.
Si tienes que recaudar fondos para una causa que te han “impuesto”, por muy justa que te parezca, si no la sientes como propia tal vez no te motive lo suficiente como para querer esforzarte en los momentos más duros e incluso pensarás en tirar la toalla si la cosa se complica. Pero si recaudas fondos para la investigación de la enfermedad que sufre tu hija, luchando para que sea curable en el futuro, nunca te faltará motivación.
¿Entiendes por dónde voy?
Si la causa que elijas te toca de cerca, todo cobra más sentido y siempre tendrás esa motivación para seguir esforzándote.
2. Según la popularidad de la causa.
Ya sea una popularidad temporal o permanente, elegir una causa con mucho tirón puede ayudar a que nuestro reto sea un éxito. Hay proyectos que de antemano se sabe que van a triunfar solamente por la causa elegida.
Un ejemplo de causa permanentemente popular es el cáncer infantil. Todos conocemos a alguien que ha sufrido la mierda del cáncer y, además, se desarrolla más empatía hacia un niño que hacia un adulto. Poca gente se puede negar a colaborar con una causa así.
Por otro lado, las causas temporalmente populares son aquellas que se ponen “de moda” durante un tiempo para luego volver a caer en el olvido. Normalmente suelen estar acompañadas de una catástrofe puntual como, por ejemplo, el terremoto de Haití de hace unos años o la crisis del ébola del pasado 2014.
Pero también existen otras causas mucho más impopulares necesitadas de un apoyo que raramente reciben. Son esas causas que no despiertan simpatía, ni empatía. Puede ser porque ocurren a miles de kilómetros de nosotros y parece que no nos incumben, porque afectan a un sector marginal de la sociedad o porque la propia persona que sufre el problema es la que se lo ha provocado. Es el caso, por ejemplo, de las asociaciones de ayuda a drogodependientes.
3. Según lo que vayan a hacer con el dinero.
Si nuestro proyecto se basa en la recaudación de fondos, debemos decidir lo que queremos que se haga con ese dinero.
Básicamente y a grandes rasgos las opciones para destinar el capital recaudado son estas:
- • Investigación.
- • Tratamientos y cuidados.
- • Información y apoyo.
Nuestro dinero puede servir para intentar que en un futuro se erradique una enfermedad. ¿Te imaginas la increíble sensación si un día, dentro de un par de años, se encuentra la cura de esa enfermedad para cuya investigación estuviste recaudando? Tú habrás contribuido a ese descubrimiento. La investigación es una inversión de futuro, no se ven resultados a corto plazo, pero poco a poco irán llegando.
Mientras tanto, los enfermos necesitan cuidados y tratamientos y en ocasiones son muy costosos. En este caso tu dinero no va a servir para encontrar la cura a una enfermedad y beneficiar a miles de personas, va a servir para salvarle la vida o hacérsela menos difícil a una persona, un animal o un ecosistema con nombre propio. Aquí se podrían englobar todas las entidades que brindan tales tratamientos y cuidados, así como las personas particulares que piden ayuda en algún momento en concreto para poder costearse cuidados médicos especiales.
Para gestionar esas ayudas individuales, para informar y dar apoyo a enfermos y familiares, para presionar a los políticos para que inviertan más fondos públicos o que cambien las leyes en favor de los necesitados, entre otras muchas cosas, están las entidades de información y apoyo.
4. Según el tamaño de la entidad receptora.
1. Personas, animales o cosas concretas.
Resulta más fácil empatizar con una causa cuando le pones cara. No es lo mismo pedir dinero para la protectora de animales “El perro feliz” que pedir dinero para Rex, Toby o Bobby si además de su nombre lo acompañas con una foto y su historia. Lo mismo se puede aplicar a personas.
2. Pequeñas asociaciones.
Aquí se englobarían las asociaciones de barrio con escasos recursos y grandes necesidades. Hay un dicho que me encanta: “piensa globalmente, actúa localmente”. El trato es personal y conocen a todos los que se benefician de su ayuda. En este tipo de entidades, pequeñas sumas de dinero marchan más la diferencia.
3. Asociaciones medianas.
Me refiero a esas asociaciones de grandes ciudades, provincias o comunidades. Pueden hacer campañas puntuales de recaudación y son ya algo mediáticas, pero aunque tengan más ingresos que una pequeña asociación, también tienen muchos más gastos. !
4. Entidades a nivel nacional.
Asociaciones a nivel nacional, que incluso tengan delegaciones provinciales y algún proyecto en el extranjero. Hacen campañas de marketing por televisión, prensa y radio. Llegar a ellas es más difícil y por lo tanto el apoyo recibido muchas veces es escaso, pero no por ello de mala calidad. Si consigues que una entidad de este tipo dé difusión a tu proyecto, llegará a muchísima gente receptiva a esa causa en concreto.
5. Grandes asociaciones internacionales.
Suelen ser una apuesta segura, todo el mundo las conoce y ellos mismos hacen la publicidad: Greenpeace, Unicef, Médicos sin fronteras… El simple hecho de llevar su logo da confianza y te puede abrir puertas; no te digo nada si además reconocen específicamente tu proyecto y se hacen eco de él.
5. Según la localización.
Pueden ser, por ejemplo, hospitales de tu ciudad o tu provincia, en la otra punta del país o incluso en el extranjero. Aunque todas las personas nos beneficiamos de los avances en investigación, hay veces en que algunos no lo ven así y que su donativo vaya a parar a un hospital lejano, puede ser un impedimento para hacer una aportación.
En el año 2012 hice un reto para recaudar fondos en favor de la investigación del cáncer infantil. Todo el dinero lo iba a donar a uno de los hospitales más punteros de España, que está en Barcelona. Esto fue algo que mucha gente no entendió, no veían que la investigación era para todos y no querían donar a un centro que está a 1000km de su casa para que “se beneficiaran otros”.
Por lo tanto, ten en cuenta que si el beneficiario es una pequeña asociación de tu pueblo pero vas a recaudar a cientos de kms de distancia, posiblemente te resulte más difícil y encuentres a gente que quiera que con su dinero se ayude a “los suyos”.
En cambio, si la persona que te va a realizar una donación siente que personas cercanas pueden beneficiarse, se sentirá más inclinado a donar.
Esto es algo que a mucha gente no la importa, pero que habría que tener en cuenta en algunos casos concretos en los que pudieran existir rivalidades o diferencias entre donante y receptor.
6. Según el tipo de recaudación.
Recaudar dinero es un clásico, sencillo y fácil de hacer y medir. Pero en otras ocasiones hay que recaudar cosas más difíciles de obtener como pueden ser donantes de sangre o de médula.
Tu proyecto puede ser conseguir donaciones más abstractas, como puede ser tiempo para ayudar a otras personas o voluntarios para colaborar en tareas determinadas de una asociación.
También puedes buscar socios que, en vez de colaborar con una con una donación única, se vinculen con una causa durante mucho más tiempo.
7. Según la cantidad que queremos recaudar.
Este punto lo voy a resumir en una frase: No significan lo mismo 300€ para Greenpeace que para una pequeña protectora de animales de tu pueblo.
8. Según los apoyos que vas a recibir.
Trabajar en un proyecto benéfico puede ser agotador y si lo tenemos que hacer en solitario correremos incluso el riesgo de abandonar.
Contar con el apoyo de amigos, familiares o incluso de la entidad receptora del dinero es una ayuda muy grande e importante.
Y cuando hablo del apoyo de la entidad receptora no estoy hablando de que nos den las gracias, hablo de no estar solos ante el peligro: que nos aporten información, que nos pongan en contacto con pacientes y familiares, que ayuden en las labores de difusión, que colaboren vendiendo el merchandising que hemos preparado…
También es importante el apoyo económico. Si se va a hacer una campaña de merchandising será necesaria una inversión previa y no es lo mismo tener que adelantar nosotros mismos el dinero en la tienda, a que corra a cargo de la asociación.
Conclusión.
Quiero que tengas en cuenta todos estos criterios antes de tomar una decisión.
Una vez que hayas decidido el marco de acción de la entidad que va a recibir tu recaudación, te recomiendo que hables con varias de ellas antes por decantarte por una.
Intenta concertar una reunión para explicarles tu idea de proyecto y preguntar qué tipo de apoyo te podrían dar respecto a:
–Difusión. ¿Tienen página web y redes sociales? ¿Te respaldaran ante la prensa?!
–Económico. ¿Adelantarían ellos el dinero necesario para la compra del merchandising?
–Colaboración. ¿Te ayudarán en la venda de merchandising? ¿A organizar eventos?
No te comprometas a nada con ellos y habla con otras entidades, averigua en qué van a invertir los fondos, si puede ser habla con personas que se beneficien de su gestión para saber si están contentos, si reciben buen trato, si piensan que administran bien los recursos… No te cortes e infórmate sobre todo lo que se te ocurra y sea de utilidad.
Para encontrar entidades concretas, puedes buscar en el listado de las que ya hay inscritas en la base de datos de “Mi grano de arena”.
No te preocupes si ya has elegido una y no está aún registrada con ellos: se puede incluir en cualquier momento. Solamente tienes que comunicárselo a la asociación/fundación cuando te reúnas con ella.
Por último.
En mi opinión, el éxito de un proyecto no se mide por la cantidad económica recaudada: cada causa es distinta y no se pueden comparar unas a otras.
Hay causas muy mediáticas que recaudan miles de euros con poco esfuerzo, pero en cambio existen otros proyectos más humildes cuyos protagonistas tienen que luchar en solitario contra la adversidad para recaudar unos pocos cientos de euros.
Por lo tanto, no debemos obsesionarnos con la cifra. Dependiendo de los criterios que he enumerado anteriormente, del tiempo de duración de la campaña y de si es nuestro primer proyecto o en cambio tenemos una comunidad que nos respalda y nos sigue, pondremos un cifra u otra.
No dudes en mandarme un mensaje si no te decides por alguna causa en concreto o no encuentras la entidad que estás buscando.